La cuarta fase de la ampliación del Parque de las Ciencias de Granada es el fruto de un concurso que ganan en colaboración Carlos Ferrater y Jiménez Brasa Arquitectos. La creación de las nuevas instalaciones implica la duplicación del espacio y la urbanización hasta los límites con el río Genil. El edificio alberga auditorios, pabellones como el Tecnoforo, Macroscopio, Biodomo, Al-Andalus, además de espacios para exposiciones permanentes y temporales. El proyecto plantea la construcción de una única y gran cubierta con leves inflexiones, plegándose en determinados puntos, que se asemeja a una mano abierta bajo la que se alojan las diferentes piezas del programa. Los planos de cubierta generan en su interior grandes recintos cerrados que quedan intercomunicados bajo el espacio continuo. Las diferentes cajas del programa dejan entre sí una serie de espacios abiertos que estructuran las relaciones con las diversas actividades del parque, tanto interiores como exteriores. Estos espacios de comunicación se iluminan gracias a la luz que penetra por unos enormes lucernarios que aparecen en los pliegues que forman los planos inclinados.